Según el grado de adorno
Puede
ser árido, llano, limpio, elegante florido.
El
árido excluye todo adorno, exento de todo ornato, dirigiéndose al
entendimiento sin interesar a la imaginación. Es propio de las obras de estudio
de gran importancia.
El
llano es algo mas elevado que el anterior y solo atiende a la pureza,
propiedad y precisión.
El
estilo limpio, como su nombre lo indica, supone ya atención a la belleza
del lenguaje, solo con adornos propios, no rebuscados, y busca la buena
elección de palabras y cadencia variada.
El
estilo elegante, con algunos adornos y de mas ornato que el limpio,
bellas dicciones, pero sin recargarlas de primeres y huyendo de lo afectado.
El
estilo florido abunda en bellezas de dicción y de ingenio, un lenguaje
figurado propiamente, y prodiga mas bellezas de lo que el asunto requiere,
según su naturaleza. En este estilo se habla más a la imaginación, al corazón,
que al entendimiento.
Según la naturalidad
Puede
ser sencillo y afectado.
El
sencillo busca la claridad del pensamiento, pureza de dicción y desecha
los adornos brillantes, las figuras, los movimientos apasionados y se presenta
el pensamiento con claridad.
El
estilo afectado es efecto de la falta de naturalidad y es el resultado
de los esfuerzos que el escritor hizo por intentar aparecer fino, delicado,
sentencioso, etc.
Todos los escritores tenemos un estilo, en algunos
casos no difiere en demasía del de ciertos autores con renombre, pero cada
tanto ocurre que aparece un escritor que se muestra auténtico, cuyo
estilo si bien puede tener similitudes con el de otros escritores, tiene
características únicas.
Precisión: (Del latín praecisĭo, la precisión es la necesidad
y obligación de exactitud y concisión a la hora de ejecutar algo).
Corresponde
al contexto: El texto debe focalizarse en lo que interesa sin rodeos ni
añadidos. La redacción no debe de tener hechos erróneos, ni otras
equivocaciones. Debe presentar solo hechos esenciales y exactos, sin ninguna
desviación o exageración.