domingo, 1 de marzo de 2015

La elegancia y la sencillez.

La elegancia:
 Al construir una frase, conviene saber que ésta no esté sometida a reglas fijas, el escritor es libre de articular las palabras con elegancia, ya que está comprobado que el orden de ellas se gobierna más por el interés psicológico que por la estructura gramática sintáctica.
Sin embargo se debe tener en cuenta la armonía de la frase, y dentro de ellas se encuentran las siguientes reglas:
 Darle prioridad al complemento más corto, No se debe terminar una frase con la expresión más corta, Evítense la cacofonía, la monotonía y las repeticiones inútiles.
La elegancia según el escritor francés, Honoré de Balzac es “la ciencia de no hacer nada igual que los demás, pareciendo que se hace todo de la misma manera que ellos”. Se ha frivolizado mucho la palabra “elegante”, olvidando que viene del latín “elegere”, elegir, que es una cualidad humana, y se supone que siempre “elegimos lo mejor”.
La Sencillez:
 La sencillez implica expresarse con naturalidad sin afectación, se alcanza con el empleo de palabras y frases de comprensión fácil y evitando formas rebuscadas. El rebuscamiento de un escrito se debe habitualmente a que el redactor esta mas empeñado en exhibir su originalidad o dotes de escritos que en dar fluidez y trasparencia al texto. En el escrito deben evitarse los formalismos. La sencillez imprime a la redacción un tono de veracidad expresiva que la hace efectiva y atractiva.
Debemos recordar que se escribe para los demás, no para uno mismo.
Por ello, utilizar palabras de dominio común facilita aún más la comprensión del texto para el lector y la redacción para el autor.
Sin embargo, debe tenerse cuidado de no pecar de ignorante o de abusar de erudito.
Uno y otro autor identifican la sencillez que consiste en emplear palabras de uso común como tercera cualidad de la buena redacción. Martín Vivaldi afirma que la sencillez no quiere decir vulgaridad; que con palabras de uso común se pueden expresar elevados pensamientos, y que esta obligación del  buen redactor va de la mano con la naturalidad.
Sencillo es aquel escritor que utiliza palabras de fácil comprensión; y natural, quien al escribir se sirve de su propio vocabulario, de su habitual modo expresivo.
Zavala Ruíz considera la sencillez como una rara virtud, que se refiere tanto a la construcción de las frases y a su enlace como al lenguaje empleado.


Cada institución tiene unas pautas establecidas para la presentación de los trabajos de grado. En Venezuela, básicamente se trabajan dos normativas, como son APA y UPEL y en áreas específicas de las ciencias puras, se trabaja con normas Vancouver para los aspectos formales de elaboración de trabajos de grado, de acuerdo a las normas UPEL (2006).

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