domingo, 1 de marzo de 2015

Estilo

Verás que es evidente que si alteramos esta construcción el sentido no será claro y la calidad de nuestra redacción bajará, por ejemplo si decimos:
Ármand son un vampiro
Nos damos cuenta de inmediato que hay una falta de concordancia de número entre el sujeto y el predicado que son singulares, y el verbo que está conjugado en plural. Lo mismo ocurriría si dijéramos:
Ármand es unos vampiros
Sólo que en esta ocasión la falta de concordancia no está en el verbo sino en el complemento nominal.
Peor aún es cuando cometemos una falta de concordancia de persona en la conjugación del verbo, mira qué pasaría si dijéramos:
Ármand soy un vampiro.
Resultaría que podríamos suponer o que yo soy Ármand, o igual de malo, que falta una coma para convertir a Ármand en vocativo (ver uso de la coma) y que le estoy hablando a él para decirle que soy un vampiro. La verdad es que no lo soy, al menos hasta donde yo entiendo, es Ármand el vampiro, no yo, pero un descuido puede tener consecuencias tan graves como ésta y, te lo aseguro, debes tener cuidado con este particular a menos que quieras amanecer un día con una estaca en el corazón.

Estilo

Se llama estilo a la forma que damos al lenguaje o el modo peculiar con que cada uno expresa sus pensamientos, para expresar algunas ideas por medio de la escritura o la palabra, el estilo e el arte de captar el valor de las palabras y de las relaciones entre las mismas, se considera que un estilo correcto es aquel que respeta tres bases:
                                                                                                                                        ·Adecuación: Nos adaptamos a los lectores mediante un texto normalizado, estable y adecuado al destinatario.                                                                                                               ·Cohesión: Ordenación correcta de las ideas y uso variado de los elementos de la lengua (conjunciones, verbos, pronombres) para crear una unidad informativa comprensible.      ·Coherencia: Decir lo esencial y siempre ajustado a lo que pretendemos transmitir.

Más precisamente, el estilo es el carácter general que a un escrito dan los pensamientos que contiene, las formas bajo las cuales están presentados, las expresiones que los enuncian, y hasta el modo con que estas se hallan combinadas y coordinadas en sus respectivas cláusulas. Aunque un texto sea gramaticalmente correcto, puede tener mal estilo si los pensamientos son embrollados, los periodos débiles, obscuros o redundantes, las palabras no se corresponden con el registro. Cuando se juzga del estilo de un autor, es preciso tener en cuenta todas las cualidades, ya intrínsecas, ya exteriores, que constituyen el escrito. 

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